La Psicosis de Patch Adams

Es razonable. Yo en lugar del Ex Papá también me calentaba. Imaginate estar fatigando los cantobares y los pubs mas selectos del conurbano y que te llamen de urgencia porque tenés a la nena en el quirófano. Imaginate que te cuenten al llegar al Hospital, que sufrió múltiples fracturas en los huesos carpianos y que además tiene comprometido el cúbito y el radio, pero que ya está bien. Y luego, sumále que cuando entrás a verla al posoperatorio, ves a un pelado psicótico haciéndose el Patch Adams con un guante quirúrgico descartable. Es para calentarse. Sobre todo cuando le pedís explicaciones a tu ex mujer, que si no tiene muchas luces de ordinario, encima ahora está shockeada. Para completar el cuadro, cuando pudiste acercarte a tu hija, preguntarle como se encuentra y tranquilizarla diciéndole que ya llegó papá, sentís que el pelado psicótico, entre galante y un poco desubicado, está hecho un ovillo roncando en la cama contigua. Así son los dramas de las familias modernas, las familias ensambladas. El problema es que parece que el pelado psicótico no es mal muchacho, según cuentan los pibes del barrio. Solo está un tanto obnubilado, producto de haber masticado tanta buseca y mondongo en la adolescencia y encontrarse ahora, con que le hinca el diente a uno de esos jugosos cortes vacunos que el Presi había vedado para el consumo exportable. Agregando que la dama en cuestión no logra establecer una armónica sintonía entre el concubino y el Ex Papá, cuyo aspecto bohemio y perfil explosivo no lo benefician. Y como si todo esto no fuera suficiente, días mas tarde la nena le comenta al pasar que mamá se casa con el pelado, que disfrazado de Bob Esponja le pidió permiso para formalizar hasta que la muerte los separe. Es lógico que el tipo se exalte. Que el Ex Papá sea un moroso incobrable no le resta autoridad para resistir a la manipulación psicopática del amancebado pelado, que pasa del Monólogo de la Garompa a hacerse el Patch Adams, sin solución de continuidad. Entonces, ahí nomás le diagnostica una psicosis. O un desorden múltiple de personalidades, como mínimo. Así es que entra en ésta historia el infaltable patrocinio letrado, convocado por el Patch Adams de cabotaje, que desea le expliquen, si el haber sido diagnosticado como psicótico entra dentro del género Calumnias-Injurias, o si por el contrario el epíteto es una excepción que engrosa el catálogo del Animus Jocandi. Por otro lado, el Ex Papá solicita asesoramiento mediático, para que le expliquen porque su ex mujer y el pelado no compran portarretratos nuevos, además de preguntarse donde diablos fueron a parar sus fotos con la nena. Es que el concubino es un usurpador. De bienes inmuebles y de los otros. Y el peregrinaje de preguntas sin respuestas llevan al padre usurpado a dejarse picanear en lo de Marilyn Manson. El picaneo saca lo explosivo del papá moroso, que descarga su verdad sobre el asunto y luego pela la viola para mostrar su material. Todo sea para ponerse al día con la cuota alimentaria.